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Nietzsche y la educación

Publicado por Hilda Fingermann

Nietzche y la educaciónLa concepción de Friedrich Nietzsche (1844-1900) sobre la educación es particular, no convencional, como lo es todo su pensamiento filosófico, que se centra en la confianza del hombre y en el mundo terrenal descartando el vivir esperando por un “más allá” que nos trascienda y otorgue sentido a nuestras vivencias. “Dios ha muerto” y ahora el hombre solo en el mundo debe convertirse en un superhombre que cree, que ría, que baile, que cante, que construya. Cada hombre debe dar a su vida su propio sentido, y la educación debe propender a formar hombres fuertes, que amen la existencia terrenal y se destaquen del rebaño, siendo seres diferentes y únicos. El pensamiento debe estar al servicio de la vida y la educación debe cumplir en ello un rol fundamental, pero que para él debe ser restrictivo y no masivo, preconizando una educación elitista, para los elegidos por obra de la naturaleza como los más aptos.

Nietzsche es muy crítico de su época y de los valores de la Ilustración, del imperio de las masas, del cristianismo y de la burguesía, de la burocratización de la docencia, de la especialización científica y técnica, que fomentan una concepción del hombre como esclavo y cargado de culpa. El hombre debe tender a su perfección la que no logrará con el enciclopedismo, o sea acumulando meros conocimientos, lo que solo le dará una educación aparente y sometida a los intereses políticos de quien gobierne.

Para este autor el motor del mundo que está en un constante devenir en un ciclo continuo, es la voluntad de poder.

La transmisión de la cultura, lo que considera importante, solo debe ser un principio (no una meta) para la creación de una cultura nueva. La educación no debe tender a igualar sino a distinguir a cada individuo en cuanto tal, para que nazcan así los hombres fuertes y poderosos, que no sucumban, que se aparten del rebaño, los “superhombres”, quienes también serán los destinados a educar tratando de que surjan nuevos superhombres con valores propios, desafiando a la cultura de su tiempo.