Pedagogía radical
El pedagogo estadounidense Henry Giroux nacido en 1943 hace la propuesta de la pedagogía radical, reconociendo a la escuela un papel renovador y de resistencia al poder de las clases dominantes, en contra del papel subordinado de la escuela que tradicionalmente se le ha asignado de colaborar con la reproducción y continuidad del sistema, en pos de la equidad y el progreso social, y en contra del imperialismo y el neoliberalismo. Su objetivo es liberar al ser humano de la dominación, para su autorrealización.
El tradicional alumno pasivo que repite las enseñanzas de su docente, atado a un currículum donde se le impone qué y cómo enseñar instruye y adoctrina a los futuros ciudadanos para que se adapten al orden constituido sin cuestionamientos. La apatía y el conformismo de los jóvenes, anestesiados por la nueva escala de valores materiales y superfluos, contribuyen a que la dominación siga siendo posible.
El docente debe tomar conciencia de su rol y que su participación no es neutral; exponer a los alumnos la realidad tal cual es, para hacerla objeto de análisis crítico, despertando la conciencia social solidaria en los alumnos y la predisposición al cambio para mejorar las condiciones de vida de su propia generación y las futuras, siendo la escuela un lugar de discusión y participación política, descubriendo los intereses que se encuentran encaramados en las instituciones, incluso en las escuelas, para denunciarlo y organizar acciones para cambiarlos si resultan nefastos y en provecho de unos pocos.
El docente de reproductor pasa a tomar un rol transformador y de lucha contra hegemonías.