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Pedagogía revolucionaria

Publicado por Hilda Fingermann

La pedagogía crítica es la que impulsa a la educación como transformadora del orden social en la búsqueda de una sociedad más justa, partiendo de la idea de la carga ideológica que tienen los contenidos informativos y valorativos que se enseñan en las aulas, que tratan de mantener el orden existente, enseñando como valiosa la cultura de la clase dominante, para preservar que se reproduzca generacionalmente, la existencia de clases opresoras y oprimidas, en el marco de la sociedad capitalista.

Lenín (1870-1924) se apoyó en la educación de la juventud para concienciar sobre los valores del comunismo impartiendo además los conocimientos que la sociedad ha acumulado durante su historia, a lo que se incorporó la nueva ideología comunista que no debía ser aprendida de memoria sino incorporada a la vida cotidiana por convicción. Se debe según Lenín, educar al obrero y al campesino, en forma teórica y práctica, estableciendo un puente entre ambas formas de aprender, y no adiestrarlo, para que sea conciente de la lucha que debe emprender para tomar las riendas de su destino.

La pedagogía revolucionaria de Lenín supone ujna actitud crítica al capitalismo y al imperialismo y su modo de imponer una particular visión del mundo. Sin embargo, desde su posición, también la educación queda revestida de una poderosísima carga ideológica, y queda por determinar qué pasaría ante la oposición crítica del alumnado a los valores comunistas. Esto demuestra que si bien la pedagogía revolucionaria cambia el orden existente, al instaurarse el próximo también utiliza la educación como medio de consolidarse y legitimarse.

El pedagogo brasileño Paulo Freire (1921-1997) con una ideología más democrática, trató de cambiar la situación de opresores y oprimidos para crear un hombre nuevo a través de la educación a la que no ve como imponiendo ideas, sino invitando a que éstas surjan espontáneamente en la mente de los educandos tras un proceso reflexivo, impulsado por la práctica y la motivación. Este pensamiento parece más cercano a liberar un poco más a la educación de ideología, aunque siendo un proceso social esto resulta prácticamente imposible, pues siempre el maestro que guía, orientará el pensamiento del alumno hacia determinada concepción del mundo.