Pedagogía crítica
La pedagogía crítica, representada originalmente por los integrantes de la Escuela de Frankfurt, de ideología neomarxista ( Horkheimer (1895-1973), Fromm (1900-1980), Adorno (1903-1969) y Marcuse (1898-1979) entre otros) y luego por autores que conformaron la segunda generación de dicha escuela, como Jürgen Habermas, nacido en 1929 y Henry Giroux, nacido en 1943; trata de formar alumnos que reflexionen sobre su propio aprendizaje y sobre el contexto socio cultural en el que transcurren sus vidas, no solo para conocerlos y cuestionarlos fundadamente, sino para concretarlos en acciones, que cambien la realidad de un modo positivo, modificando la relación de dominio de unos actores sociales sobre otros, por un vínculo colaborativo.
Paulo Freire (1921-1997) pedagogo brasileño, propone a través de una pedagogía crítica la liberación de los oprimidos.
El educando debe despertar de su letargo, orientado por el docente, para hacer aportes que lo beneficien a él y a la sociedad en su conjunto, convirtiéndose en un partícipe activo de la realidad que le toca vivir.
La sociedad como construcción social es perfectible, y para ello los alumnos deben involucrarse críticamente en los problemas que la afectan para buscar soluciones y no aceptar pasivamente las propuestas de otros, que se las ofrecen en “recetas” ya construidas, que sirven para reproducir generacionalmente las posiciones de poder.
El profesor no está en un plano superior al del alumno, es simplemente el instrumento que sirve para encauzar los razonamientos de sus estudiantes, estimulándolos a crear caminos nuevos o alternativos y ayudándolos a que se basen en sólidas argumentaciones.