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Pensamiento convergente

Publicado por Hilda Fingermann

El pensamiento convergente es la antítesis del pensamiento divergente, este último basado en la innovación y la creatividad en la búsqueda de la solución al problema planteado. El pensamiento convergente no innova, ni imagina posibles soluciones sino que utiliza la lógica y lo ya conocido para encontrar la solución al problema.

Sigue una única línea vertical, no baraja posibles alternativas y por lo tanto el producto hallado como respuesta es único. Es el razonamiento típico de las Ciencias Exactas y apunta a la objetividad. Queda excluida la imaginación y la flexibilidad. Es un tipo de pensamiento que debe descartarse en un artista, en un Médico o en un Abogado. Esto no significa que una persona que tiene un pensamiento convergente no pueda además usar el divergente en otras situaciones (por ejemplo un ingeniero pintor o escritor). Se utiliza el pensamiento convergente en las pruebas de tipo objetivas, o en los problemas físicos o matemáticos. No intenta innovar, sino seguir el camino de la Lógica convencional. Sin embargo, quienes descubren nuevas leyes físicas y matemáticas usan pensamiento divergente.

El psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford (1897-1987) distinguió entre las operaciones mentales, la cognición (lo que puede saberse a partir de lo ya conocido); la memoria (como proceso de almacenamiento de contenidos); la producción divergente (las varias posibles respuestas que pueden elaborarse a partir de datos específicos, con los cuales se sigue un camino de pensamiento lateral o ramificado en diferentes caminos o direcciones); la producción convergente (obtención de un solo resultado considerado el válido o mejor a partir de una operación lógica lineal) y la valoración (cuando la decisión se alcanza por criterios selectivos).