Política y educación
La educación es un herramienta que acompañó históricamente a las concepciones políticas dominantes pues se trata precisamente de formar ciudadanos que se adecuen a los valores imperantes.
Las sociedades de masas, se correspondieron con una escuela que nacía junto al proceso de industrialización con grades bolsones de miseria. El medio fue el sistema Lancasteriano con personas especialmente instruidas para enseñar gritando en las fábricas, para poder ser oídos a pesar del ruido de las maquinarias. Los países debían prepararse y preparar al pueblo para ingresar al capitalismo.
La finalidad educativa de esta época era tratar de homogeneizar y disciplinar a las masas populares a través de un sistema de premios y castigos.
A partir de 1960 aparece el docente técnico, siguiendo la escuela el modelo del despegue económico. El docente debía contribuir a formar ciudadanos que proveyera de recursos humanos a las industrias, tecnificando la enseñanza. Se profesionalizan los estudios docentes para formar buenos técnicos, con controles objetivos de calidad y siguiendo el modelo conductista. Este modelo que se consideró neutro políticamente, perduró hasta 1975.
En los países de Latinoamérica, durante las décadas de 1970 y 1980 los gobiernos militares usaron a la educación como medio de adoctrinamiento y para combatir las ideas subversivas.
El retorno a la democracia significó una nueva concepción de la escuela, edificada bajo el modelo constructivista, para formar ciudadanos que se involucren y participen activamente en el nuevo orden social, con participación activa en su proceso de aprendizaje y como pensadores críticos. Se suplantan los castigos por el diálogo y la mediación.