Alumnos con dificultades en la comunicación oral
La comunicación oral es la primera que se desarrolla, en la vida de relación. El niño comienza a hablar a partir del año de edad aproximadamente, cuando dice sus primeras palabras. Es lógico que al principio se observen dificultades, y que el vocabulario sea escaso, se pronuncie mal y a medida que se vayan construyendo frases, éstas puedan adolecer de problemas estructurales. Sin embargo, de a poco, y ya con el ingreso a la escuela primaria, el niño debería pronunciar las palabras correctamente y armar oraciones de modo lógico y coherente, a pesar, de que, por supuesto, le faltará incorporar muchas palabras todavía.
Ya en la educación inicial, se debe observar si el niño tiene alguna dificultad en pronunciar algunas letras y si lo que dice resulta entendible, pues de lo contrario, es importante la visita temprana a un fonoaudiólogo para tratar el problema a tiempo. Es muy frecuente encontrarse con alumnos en la escuela primaria, y aún en la secundaria o en la universidad, que hablan, y hay que hacer un gran esfuerzo para entender lo que quieren decir, lo que provoca un gran problema en la comunicación. Otros hablan demasiado bajo, temerosos de expresar sus ideas oralmente, y otros, se ponen muy nerviosos, y solicitan ser evaluados o expresar sus ideas por escrito, lo que a veces, si es timidez el problema, resulta satisfactorio, pero si es un problema de pronunciación, se advertirá también en la escritura.
De todos modos, no es la solución al problema, permitir que el alumno escriba si no quiere hablar por vergüenza, pues la comunicación oral es imprescindible en muchos momentos de la vida, y no puede sustituirse. Se deberán implementar gradualmente estrategias para que el alumno vaya ganando confianza y se exprese oralmente, sin que esto le represente una experiencia estresante. Los niños con mutismo selectivo, suelen mostrarse muy callados en la escuela y en otros lugares donde hay mucha gente.
Otro problema que puede presentarse en la comunicación oral, es que el educando presente una afasia expresiva del desarrollo, causada por lesiones cerebrales o infecciones. El hemisferio izquierdo del cerebro es el encargado del lenguaje, y si la lesión se ha producido antes del primer año de vida hay muchas posibilidades de recuperación.
Si el docente detecta cualquier problema en la comunicación oral (y también en la escrita) no debe hacer ningún diagnóstico, sino citar a los padres, para saber si el niño o joven está ya en tratamiento, y si no lo está aconsejarle realizar una consulta, para poder trabajar juntos, familia, escuela y profesional, hallando la mejor manera de tratar el problema para obtener el resultado más óptimo posible.