Molestar en clase

Molestar en clase es una conducta recurrente de muchos niños en su escolarización primaria y especialmente secundaria, como modo de llamar la atención, tratando de que otros “aplaudan” sus acciones e impedir el normal desarrollo de la clase, bajo el pretexto de que se aburren, lo que puede suceder en algunos casos, ya sea por características propias de la personalidad del estudiante (por ejemplo ser hiperactivo) del docente, o por las precarias estrategias de motivación empleadas.

Sin embargo la mayoría de las veces se trata de una conducta conciente y premeditada, destinada a boicotear el aprendizaje y molestar a los compañeros, ya sea de forma verbal o inclusive física, en los que se da en llamar “bullying” escolar con todas las consecuencias negativas que esto trae para los demás niños.

Es imprescindible tomar una serie de medidas sobre el tema, pues el alumno debe comprender el objetivo de su presencia en clase (estudiar, y no molestar) y si bien una pequeña e inocente broma puede pasar inadvertida, e incluso ser adrede ignorada por el maestro (para impedir que se cumpla el objetivo de llamar la atención) cuando se trata de inconductas reiteradas es menester tomar cartas en el asunto. Las intervenciones deben estar de acuerdo con la gravedad de la falta y la repetición de conductas, desde un simple llamado de atención, hasta retirarlo del salón para habar con él, citar a los padres, suspenderlo o cambiarlo de división o turno.

En general son niños que a gritos claman por límites y tratan de transgredirlos, por eso la puesta de límites es una necesidad, tanto para los demás integrantes de la comunidad escolar como para él mismo, que tiene que aprender que las reglas de conductas existen y deben ser acatadas para bien de todos, preferentemente en forma voluntaria, pero de lo contrario, le serán aplicadas las correspondientes sanciones.