Teorías del currículo

Existen sobre el currículo teorías tradicionales, como por ejemplo la de Ralph Tyler (1902-1994) que basan su modo de hacer el currículo centrándose en detalles técnicos sin cuestionar el sistema educativo y su aporte a continuar con el predominio de la ideología dominante a la que pretenden conservar sin cuestionamientos.

Por otro lado, las teorías críticas del currículo, nacidas en la década de 1960, tratan de desconfiar de lo establecido, revisarlo, para convertirlo en un instrumento que promueva la igualdad y la justicia social. El currículo no es para ellos sólo un modo de hacer lo que ya está impuesto por la costumbre y que pueda llegar a ser lo mejor posible en su forma; sino que se intenta rever qué se hace en el aula y sus consecuencias. Entre estas teorías críticas se destacan el ensayo de Louis Althusser, filósofo marxista francés, titulado “La ideología y los aparatos ideológicos del Estado” (1983) donde conecta educación e ideología, siendo para este autor esencial en la sociedad capitalista, la reproducción en la escuela de la ideología dominante. Esta ideología está presente, para Althusser, en las materias que componen el currículo tradicional, en forma directa a través de Ciencias Sociales, Historia o Geografía; e indirecta en Matemática y Ciencias Naturales que son materias más técnicas. Además se forman a algunos alumnos para dirigir y a otros para obedecer, ya que a los últimos no se les permite acceder a los niveles más altos de la escolarización, expulsándolos antes.

Por su parte, Samuel Bowles y Herbert Gintis en su obra “La instrucción escolar en la América capitalista” (1981) ponen el acento más en el aprendizaje que en el contenido, ya que para ellos, la escuela trata de inculcar en los futuros trabajadores ciertas actitudes que requiere el mercado de trabajo capitalista en los subordinados: cumplir órdenes, ser prolijo, puntual, obediente, etcétera; mientras que a quienes ocupar cargos gerenciales se les enseña a ejercer liderazgo y conducción de grupos. Para ello hay escuelas para pobres y escuelas para ricos, pero esta discriminación no está explícita en el contenido del currículo. Es por ello que autores como Pierre Bourdieu proponen un currículo donde los niños de las clases sociales menos favorecidas puedan en la escuela tener una propuesta pedagógica que reproduzca las condiciones que tienen en sus familias los niños de clases más altas, para lograr una equiparación social.