Autonomía docente
El trabajo docente dirigido y prescripto por fórmulas prescriptivas, con control burocrático, son las que atentan contra la autonomía docente.
Negarle al docente autonomía, es ir en contra de la calidad y de la equidad educativa, ya que es el docente el que se enfrenta diariamente con determinadas situaciones en el aula, en un contexto singular, y es en él en el que tiene que decidir, sobre qué y cómo enseñar.
La autonomía no es un atributo que se tiene sino que se construye en su ejercicio. Sin embargo se deben reconocer tres concepciones de autonomía de acuerdo al modelo que se tome en consideración. Para el modelo del docente como experto técnico, la autonomía es un status o atributo, que le confiere al experto autoridad unilateral, donde las decisiones se toman en solitario. Es una autonomía ilusoria, donde las reglas son impuestas jerárquicamente, y para luego ser acatadas por el resto de los docentes.
En el modelo del profesional reflexivo, la autonomía aparece como responsabilidad propia, considerando los distintos criterios. Surge el juicio profesional deliberativo tras la conversación reflexiva y la búsqueda del entendimiento, sin patrón fijo de actuación. La autonomía surge en el contexto de relaciones docente-alumno, y entre docentes. En este sentido afirma Keller, no es un status de separación, sino una dinámica de relación.
La autonomía debe entenderse como emancipación de dependencias ideológicas, de las limitaciones que se imponen a la práctica cotidiana, analizando críticamente las demandas sociales.
De esta manera se concluye que la necesidad de la autonomía docente surge del reclamo social de evitar el control represivo y crear un espacio de distancia crítica, para la defensa de ciertos valores sociales democráticos. El docente debe aceptar contenidos, pues no puede enseñar cualquier cosa, lo que no posibilitaría a los alumnos el pase de escuelas ni aún de cursos, pero puede adaptarlos a las necesidades de su grupo, y decidir en él democráticamente estrategias pedagógicas que se adapten a ese grupo en especial. La autonomía requiere un alto grado de responsabilidad y de compromiso social.