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El modelo educativo de Singapur

Publicado por Hilda Fingermann

La República de Singapur, es un complejo de 63 islas asiáticas, que logró su independencia definitiva del Reino Unido, el 9 de agosto de 1965, y que asombra al mundo por los progresos significativos que ha obtenido en las pruebas PISA especialmente en el campo de las Ciencias y la Matemática.

El cambio en su sistema educativo, clave de la política pública para mejorar las condiciones de vida de la población, que ya cuenta con 50 años de uso, y que tuvo gran influencia de las ideas de Jean Piaget y Hebert Blumer, se basa en darle suma importancia a la escolaridad primaria pública, que se extiende desde los 6 hasta los 12 años, desarrollada en seis niveles, a cargo der maestros muy bien preparados, que cobran salarios elevados, que son anualmente evaluados y reconocidos en base a esos resultados. Se les paga un bono por desempeño y horas extra, y cuentan con recursos didácticos suficientes.

El currículo se integra con la enseñanza de sus idiomas oficiales, que son el inglés (en en el que se basa la instrucción, pues es el que usa en los documentos oficiales, en los tribunales, en los negocios, etcétera) y complementariamente, la lengua materna: el mandarín, el malayo o el tamil; Humanidades, Matemáticas, Arte, Ciencias, desde el tercer curso; Educación Física, Educación para la Salud, Civismo y Educación Moral y Estudios Sociales.

No es obligatorio el nivel preescolar, aunque la mayoría concurre a él, a partir de los 4 años de edad. Son centros educativos privados, pero registrados en el Ministerio de Educación.

Hay un plan de ayuda especial para los niños de habla china, para que se les impartan los contenidos de matemática y ciencia que les enseñan, en inglés y en chino.

A partir de 1997, se ha creado un método de enseñanza personalizado, crítico, que apunta al cuestionamiento más que a la memorización, adaptado a las necesidades de cada educando, A través del programa, cuya traducción es “Escuelas que piensan es nación que aprende”. Sin embargo, el sistema es muy competitivo y exigente, por lo cual, los alumnos con rendimiento escolar bajo, deben esforzarse mucho para no quedar rezagados de ocupar un lugar social deseable. Se busca el desarrollo personal del alumno, pero, también, su desempeño eficaz dentro del Estado, para lo cual debe estar muy bien preparado.

Por esa razón, al terminar la escolaridad primaria, su futuro estará condicionado al resultado que obtengan en un examen oficial, que determinará cual es la modalidad que mejor se ajusta a sus capacidades, por eso la mayoría de los niños se prepara en instituciones privadas de modo extra escolar, pues los exámenes son muy complejos. Estas modalidades son tres: exprés, normal-académica (que prepara para estudios universitarios) y normal-técnica o vocacional (que es a la que concurre el 70 % de los adolescentes, y los prepara para el mundo laboral). Para ingresar en niveles de educación superior y universitaria también se dependerá de un examen.

Los centros educativos tienen autonomía para determinar sus objetivos a partir de un currículo común, realizándose una evaluación externa cada seis años.

A nivel de resultados no puede desconocerse que el sistema es sumamente eficiente, pero los costos a nivel humano son grandes, ya que los niños y jóvenes viven mucho estrés, y resulta ser muy desigual, teniendo menos oportunidades aquellos estudiantes a los que sus padres no pueden pagarles cursos de apoyo para rendir sus exámenes.