Rosario Vera Peñaloza
Inmortalizada en la zamba “Rosarito, Vera, maestra”, escrita por Félix Luna, “la niña Rosario”, oriunda del pueblo de Atiles, en la provincia de La Rioja en Argentina, nació un día de navidad del año 1873, perteneciendo a una familia acomodada, cuyos progenitores la dejaron huérfana a edad muy temprana.
En 1894 se recibió de Profesora de Kindergarten en la ciudad entrerriana de Paraná, y seis años más tarde comenzaría a fundar jardines de infantes en varias provincias, siendo el primero en su La Rioja natal, el cual se hallaba anexo a la Escuela Normal. Ocupó cargos docentes y directivos en escuelas normales y ejerció como inspectora en escuelas municipales, destacándose además por una extensa obra de textos pedagógicos y científicos.
Fue admiradora de Froebel y Montessori, con gran influencia del idealismo alemán. Defendió la existencia de los jardines de infantes, en una época en que los pequeños jugaban y aprendían solamente en su hogar, hasta el inicio de la escolarización primaria.
Preocupada por la teoría, pero más aún por la didáctica áulica, propició el juego en la educación, el aprendizaje a través de la naturaleza, estimulando la creatividad y el trabajo manual, para crear habilidades que promovieran el desarrollo intelectual. Otro tema que le interesaba era forjar el sentimiento patriótico a través de la enseñanza del folklore, la Historia y las leyendas populares.
Impulsó la enseñanza de la Geografía, y basándose en las ideas pedagógicas de Joaquín V. González fundó el Museo Argentino para la educación primaria, en el año 1931. También se preocupó por la formación de los educadores.
El 28 de mayo de 1950, con 77 años, falleció en La Rioja, la “Maestra de la Patria” aquejada por un cáncer. La fecha de su muerte fue elegida para conmemorar el Día de las Maestras Jardineras y el Día Nacional de los Jardines de Niños en la República Argentina.
