Inteligencia lógico matemática
Es una de las ocho clases de inteligencia que Gardner menciona entre las inteligencias múltiples. Es una inteligencia formal que se origina en el contacto con los objetos, y busca ordenarlos, reordenarlos, contarlos y relacionarlos. Desde pequeño los niños se relacionan con su entorno, y es posible estimularlos, haciendo que clasifiquen distintos elementos, de diferentes maneras, los diferencien y relacionen, y un poco más grandes, los cuenten, quiten algunos o adicionen otros.
Una persona que posee esta inteligencia selecciona casi naturalmente datos relevantes y descarta los innecesarios, posee un alto grado de abstracción, reemplaza con facilidad palabras por símbolos, aplica la inducción y la deducción, el análisis, la síntesis, la generalización; domina las operaciones matemáticas, confecciona estadísticas, maneja la lógica proposicional, formula variadas hipótesis, las evalúa y contrasta, las descarta y/o las reformula, tiene facilidad para plantear los problemas y resolverlos, tanto los de la vida cotidiana como los científicos. Estas inteligencias manejan el método científico y son potencialmente ingenieros, economistas, analistas de sistemas, científicos, y otras carreras relacionadas con las Ciencias Exactas.
La escuela debe descubrir estas potencialidades para estimularlas en quienes ya las poseen, haciendo con ellos trabajos de profundización, pero también para tratar de que aquellos a los que no les atraen ni los números, ni el pensamiento abstracto, ni la investigación científica, resulten motivados, mostrando la aplicación práctica de esta inteligencia, no tanto en su teoría, que a algunos alumnos puede resultarles tediosa, sino en la vida cotidiana. Esta inteligencia, como las otras, aunque existe una predisposición genética, puede aprenderse y desarrollarse.
Este tipo de inteligencia es tomada muy en cuenta para medir el coeficiente intelectual, y fue priorizada durante mucho tiempo en la cultura occidental.
